En el proceso del despertar de la conciencia, como en todas las iniciaciones, pasamos por lo que algunos llaman, la noche oscura del alma, o lo que en mi caso llamaría, atravesar un desierto; como sea que lo llamemos, hemos dado un "salto al vacío".
En este punto, sólo nos queda aferrarnos a nuestro centro, mantener el norte, aunque no sepamos cómo dirigirnos hacia él, y a pesar de nuestra angustia, dudas y miedos, sólo queda entregarse... morir a nuestros viejos esquemas, para así permitir el florecimiento de lo nuevo; al igual que en los procedimiento alquímicos para que se dé la trasmutación del metal, primero ha de pasar por la putrefacción.
Pero, ¿cómo morir concientemente?, ¿cómo entregarnos?, ha de ser desde el corazón!
Sin embargo como llegar hasta él!; se nos ha enseñado el camino de la mente, pero el del corazón?, entre mas "pensemos " más nos perdemos, quedando presos de nuestros miedos, a merced de la inercia, que intenta llevarnos a nuestro estado anterior "más cómodo, conocido y aparentemente seguro", entonces se desata una lucha interior, hay que dar el paso y no sabemos cómo, al final tras nadar en contra de la corriente estamos agotados; el morir-renacer desde el corazón, es por el contrario un proceso fácil, no implica lucha sólo entrega..., no es resistencia, es flexibilidad...
Hace falta mirarnos en nuestra justa dimensión, re-conocernos en nuestro dolor (que es fuego trasmutador), sincerarnos con humildad y responsabilidad (que es amor), permitir el desintegrarnos, llorar lo que sea necesario y sobretodo, confiar, el fuego del dolor a la luz del amor es la alquimia de la conciencia...
Entonces con humildad "pido" , me "re-conozco", hago mi dolor "verbo"y así al pedir me alineo con el alma, o lo que es lo mismo, puedo emitir y recibir; al "re-conocerme"es decir mirarme con sinceridad y humildad dejando a un lado el ego, activo mi 6º centro que es visión interior; a la luz de la sinceridad que es verdad y que parte de la mirada de un corazón humilde, con responsabilidad que es el reconocimiento vivo del propio ser, entro en el caudal de la energía de amor sabiduría, la luz del alma, consiguiendo ascender al lenguaje del corazón que es amor; al hacerlo "verbo" implico concientemente la energía de la inteligencia activa de la humanidad, como el relato del génesis, para el proceso de creación (nacimiento) se necesita del verbo "...y el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros...".
Solo nos queda "confiar", es decir volver al corazón, la confianza es intuición verdadera que nace de un corazón sereno.
Por este medio descubriremos nuestra llama interna que ilumina "la noche oscura", que es agua viva para atravesar el desierto, entonces ya no caemos más al vacío, ahora podemos volar.
El acero se ha templado al fuego del dolor para aportar nuestra propia nota a la sinfonía de la vida.
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